lunes, octubre 29, 2007

Guía de cómo suicidarse emocionalmente (Tomo II)



¿Usted cree qué es inmune al amor? Luego de una gran travesía de cien mujeres, mil besos y millones de orgasmos, usted ya se siente un especialista en ellas. Un ensayista del gileo barato y un gurú del levante espontáneo. Sin embargo, en el fondo de su ser, usted sabe quien le gusta. Quien no solo le mueve el piso sino se lo agrieta.

¡Corra sin freno ya mismo, Por Dios! No mire para atrás pues no será sal, sino un meloso dulce. Es el momento preciso de alejarse de esa linda chica de ojos tan negros como su alma. De cabello tan largo como su lengua. De gesto tan adusto como su malevolencia.

Si estuvo solo con ella en un bar y en vez de intentar despreciarla le conversó va muy mal. Si en vez de besarla sin hablar le dio la mano, las cosas se están poniendo repugnantemente románticas. Si en ves de ignorarla por semanas la llamo al día siguiente, es casi un caso perdido.

Usted tiene una salida. Un escape decoroso y abrupto a la vez. Busque citas casuales, nunca premeditadas. Entérese en donde se esconde y por donde se escapa. Aparézcase siempre imprevistamente.

No la mire. No la escuche. No la salude. Ella al día siguiente buscará la mejor forma de entablar contacto. Podrá ser una llamada o tal vez por el Messenger. A pesar de su enorme orgullo, ella será capaz de dejar un mensaje en su celular pidiendo una cita.

Usted contrólese por favor. Ya sabemos que quiere correr a la puerta de su casa a decir: ¡Te amo¡ Pero no. Manténgase ecuánime y busque una salida. Solo los dos en cualquier sitio. Un bar, el cine, el teatro o simplemente la calle. No la mire mucho, no la escuche tanto.

En un momento de oscuridad déle la mano. Acaríciela y explore cada línea, cada imperfección. Bésela lentamente. Sienta sus labios y comparta su aliento. Abrácela con fuerza sin besarla y con los ojos bien cerrados.

Y si se presenta la noche en que estén en la puerta de su casa. Invítela a entrar.
Guíela por la oscuridad y acuéstela en la cama. Escóndala en las sábanas y obsérvela como se desvanece. Duerma con ella y levántese al día siguiente preguntándose por que mierda no le hizo el amor. Luego despiértela con un beso y busque su primera mirada.

Escóndala debajo de la almohada y apriete con fuerza. Apriete sus manos y búsquela debajo de todo. Escóndase de la realidad y dígale de manera casi silenciosa que la quiere. Dígale que todo es una farsa. Que usted realmente es esta persona oculta en las sábanas. Quien la mira a los ojos y quien le aprieta la mano.

Ella saltará de la cama. Se vestirá tan rápido como las buenas costumbres lo permiten y caminará velozmente, pero sin correr. Llenara su agenda de actividades inmediatas y saldrá despavorida de su casa.

Ya no sabrá nunca más de ella. Usted será libre nuevamente. Sentirá alivio y tranquilidad.

(Guía práctica de cómo suicidarse emocionalmente Tomo I)

lunes, octubre 22, 2007

Un cuento para soñadores



El fin de semana vi La Ciencia de los Sueños de Michel Gondry (el mismo del Eterno Resplandor de Una Mente Sin Recuerdos). Una de esas películas que te trasladan a la pantalla y que te hacen su protagonista.

Stehephan Miroux (Gael García) es un inventor de objetos y sueños. Que vive siempre más cerca de sus nubes de algodón que en la tierra de cartón. Cada vez que cierra los ojos se abre un programa de televisión en su cabeza que cocina cada sueño, ilusión y pesadilla.

Un poco de amor, sensaciones y pasiones; salpicadas de protagonistas de su vida y vivencias del día. Todo revuelto por el subconsciente y calentado por la experiencia y los traumas. Es así que nacen los sueños para Stehephan, un soñador que no reconoce el mundo onírico del real.

En este mundo de fantasía real, el mejor combustible de Stehephan para soñar es el amor. El enamorarse de su vecina ni muy linda, ni muy inteligente, ni muy graciosa. Una niña única e incomparable que puede vivir en sus sueños y no en la realidad. Stephanie (Charlotte Gainsbourg) es la única mujer que sigue sus palabras y cree en sus inventos. Quien responde a sus preguntas y quien pregunta ante sus respuestas.

Stehephan prefiere vivir en sus sueños. En su programa de cocina onírica donde construye su propias respuestas. Donde Stephanie sí lo entiende y sino lo entiende lo comprende.

El amar es siempre soñar. Y sino puedes amar es mejor soñar. A veces las amantes más sublimes y las novias más adorables son aquellas construidas cuando caminas solo. Cuando estas a punto de dormir. Cuando viajas solo sin más que hacer que mirar por la ventana.

A veces las ilusiones son reconfortantes excusas para no vivir. El dormir despierto para no regresar a la pesadilla de la vida. Reír, llorar, correr, y detenerse justo en el instante adecuado. Hablando con tu mano, durmiendo con tu almohada, caminando con tu bicicleta, acompañado a tu cigarro, besando el cielo.

La opción de Stehephan siempre fue la más adecuada. La realidad es fría y los sueños siempre cálidos. Ellos no te dejan y siempre te acompañan. Dormir hasta las 5 de la tarde para no tocar el frío suelo. El no despertarte para no bañarte en la fría ducha. El caminar sin rumbo soñando para alejarte de esa gélida mujer que nunca te amará.

martes, octubre 16, 2007

La perdición de las mujeres hermosas

La belleza de una mujer a veces no te permite ver más allá de sus deliciosos labios, sus maliciosos ojos, su oscuro cabello o su increíble e indomable cintura. Esa sonrisa fresca, salada y sabrosa, no te deja dar cuenta lo hiriente, irritante y malsana, que puede ser ella cuando abre la boca.

Sus verdes y profundos ojos, que te debilitan cuando tan solo pestañea, no te permiten ver lo poco observadora e inteligente que puede ser. Ella solo mira para matar y observa para olvidar.

Su negro y largo cabello, que va desde su cabeza hasta más allá de las rodillas, que te atrapan, que te espanta y que te arranca de tu ser, no es más que una distracción para su poca reflexión. Su nula abstracción y su irresoluta introspección. No hay más en ella. Solo lo que ves.

La belleza de una mujer no te deja dar cuenta de lo que realmente puede ser ella. Miras sus senos, su cintura, su culo, Te obnubilas con su empalagosa risa y te ciegas con su arriesgada mirada. No sabes que quiere, que piensa, que anhela.

Siempre la esperas ver pasar, para recorrer su perfecto rostro de piel pulida, sus turgentes pechos y su perfecto caminar de beldad. La esperas verse ir para espiar su respingado trasero y sus interminables piernas.

No reconoces su tristeza por el amor perdida, ni su desesperación por la indolencia del consumismo. No te das cuenta de su compasión por el dolor ajeno, ni su pasión por las causas perdidas.

No ves más allá de su mascara y disfraz. Turbadoras estúpidas y belleza escondida.

domingo, octubre 07, 2007

Yo vi a Héroes del Silencio

La primera canción que escuche de Héroes fue La Chispa Adecuada en 1998. Justo cuando vinieron a Lima a dar un concierto. Escuche la frase. “y ahora estás en mi lista de promesas a olvidar”. Yo estaba enamorado de mi mejor amiga. Me prometí conquistarla. Nunca lo logré. Nada más platónico que tu amor perdido haya sido tu mejor amiga.

Luego llegó a mi, la letra de La Espuma de Venus “la ficción es y será mi única realidad”. Sentí que esa pequeña frase describía mi vida. Épocas de sueños. Cuando sentía que no podría tener nunca una novia. Épocas de fantasías, en donde era un conquistador empedernido, una estrella de fútbol, un entrevistador audaz, un escritor maldito.

Tuve momentos de odio con La Herida y su gran frase desgarrada: “siempre he preferido un beso prolongado, aunque sepas mientas aunque sepa que es falso”. Tantos besos ganados, robados y perdidos. Después de nueve años pienso lo mismo.

Y mis momentos de delirio siempre fueron acompañados con el inicio de Hechizo. “No es la primera vez que me encuentro tan cerca de conocer la locura”. Siempre al borde del abismo escuchaba esa canción para tratar de escapar de mi habitación. Escapar de esa maldita tristeza que me atrapaba.

Con todas mis novias bailé Sirena Varada. Con todas fui feliz. A todas abracé. A Todas besé y a toda abandoné. Era una promesa ir a ver a Héroes del Silencio si alguna vez se reunían. Justo en Argentina. Justo en Buenos Aires. Allí regresé por los héroes y también los villanos.

Les dejó el video de mi heróica experiencia: (todos los videos del concierto son míos menos dos que los tomé prestados. Gracias)



jueves, octubre 04, 2007

Besos y no besos

Un día llegué a una fiesta con una amiga que no quería que sea mi amiga. Pronto estaba solo en medio de luces de neón, gélido humo y bailes desmembrados. Mi compañera ya me había abandonado.

No hay nada más placentero que fumar y tomar una cerveza mirando a toda esa masa de desconocidos comportándose de manera estúpidamente previsible. El templado que sueña, el afanador que rebota, la coqueta que se contornea, la loca que baila.

Divagaba con mis pies. Pensaba con mis manos. Fumando y tomando. Soñando y aluciando. Pronto estaba en una de esas inconexas conversaciones con un barbudo que estaba del otro lado del mundo. En esta clase de instantes, siempre me odio, pues por más que paresca una buena imitación de alguien que disfruta su libertad, luego me traiciono. No puedo evitar estar pendiente de todo. Del amigo. De ella. De mí. De ellos.

Construí un callejón humano que iba desde mis ojos hasta su sonrisa. Estaba en una cámara lenta eterna. Sus manos peinando el cabello. Sus labios murmurando. Los ojos fijos sobre su amigo. Su pie nervioso siguiendo el ritmo de la música.

“Agárratela”, interrumpió mi barbado y esfumado compañero. Yo con mucho porro y alcohol en mis pulmones y venas salí raudo tras ella. (decisiones sin pensamiento) En estos casos he aprendido que si quieres besar a una linda niña no hay que decir mucho. No hay que pedir permiso. No hay que rogar por una posibilidad. Simplemente la miras a los ojos y ya lo sabes.

Estábamos atrapados en una angosta cocina. Yo me aproximé sin dejarla huir. En un solo instante ella se dio cuenta de lo que sucedía. Me miró a los ojos. Yo ví sus labios. Ella decía palabras sin sonidos. Sus brazos suaves y sus manos aún más suaves. Su cabeza de un lado la mía del otro.

Su boca muy cerca y yo aun más cerca. Un pequeño moviendo y un beso en la mejilla. (¡Mierda!). No entiendo. Ahora no. ¿Entonces cuando? En 48 horas. Me abrazó con mucha fuerza. La deje ir. Me quede solo en la cocina. Vague por la oscuridad decodificando lo que me había dicho. Por qué las mujeres no te miran a la cara y te dicen: no quiero besarte. Escapé como un vil ladrón. Trepé a mi auto y salí volado.

Me desperté feliz. Miré al techo y recordé el episodio. ¡Dios! Me enterré en mis sabanas. Me ahogué con mi almohada. Me acorde de la escena. Me quería dormir para siempre. Mucho pisco, demasiados cigarros y desproporcionados deseos. Me traicioné.

Uno nunca acepta consejos. No le haces casos a las advertencias. Si está loca, me gustan las locas. Si es mala, me gustan las malas. Y si ella te volteo la cara es un fascinante reto por resolver. Una apuesta personal. Ese beso negado llevó a más que eso, finalmente. Cariño sin amor y afecto simulado.

Si la besada ese día nunca más la buscaba. Un ahorro de mentiras y angustias. De saliva y lágrimas. Nunca hubiera existido una versión de mí basada en ella. Ni una ficción construida en su psicosis por no amar. Ahora se que la infelicidad era su fantasía perfecta. Ella dejó que el dolor curta su piel. Y yo siempre fui un desconocido. Por eso ahora yo respiro con alivio .

Video: Al Vacio - No Te Va a Gustar... atención con la letra...




Video: Otra canción, un clasico, Loquillo - La Mataré