lunes, enero 28, 2008

La esperanza es mierda a colores

Nunca pense tener tantos finales y aun dudar si esto se acabo. La esperanza es el vicio de vivir en la ficción. Es el último trago de la noche. Es no amarte después de tener sexo. Es una mentira disfrazada de fe.

Una obsesión de cuatro años ya es una enfermedad de hipocondríacos. No estas infectado pero quieres morir. Quieres creer en Dios cuando no crees en las vírgenes.

Yo he desechado tu imagen, tu cuerpo, tus conversaciones, tu mirada. También tus besos, abrazos y mentiras piadosas (como decirme te quiero) . Pero no puedo renunciar a la esperanza. A la llamada de madrugada, al encuentro fortuito y al mail inesperado. Sigo persiguiendo la casualidad de mi vida. Al destino forzado. Al cambio repentino de opinión. Al cinematográfico encuentro en el aeropuerto. Al intempestivo beso en medio de la calle. A la ausencia que lleva al amor.

Estoy sentado desnudo en medio de mi cuarto. El teléfono me fue arrebatado. Mi computadora fue mudada de habitación. La televisión ya no enciende. Las cartas ya no pasan por debajo de mi puerta. Mi lengua fue cortada y las visitas fueron censuradas. Y aún así sigo aquí, arrodillado, con los brazos atados, esperando por ti.

Nota: El título es robado de una letra de Daniel F. A proposito de él, acá les dejo una canción: "Me conforme".


miércoles, enero 16, 2008

¿A quién no le ha pasado esto?

"¡Voy solo y me la banco!"
(No sos vos, soy yo)



"No les perdono bajo ningún pretexto que no sepan volar"
(el lado oscuro del corazon)



Maten al cabron¡¡
(Alta Fidelidad)

sábado, enero 12, 2008

Los tipos de solitarios o las múltiples formas de buscar el amor

Siempre estamos tras el ansiado equilibrio emocional y por lo tanto tras la tan sobrevalorada felicidad. Felicidad que se debería lograr a través del ya caduco amor. El amor que se cree solo es posible lograr a través del desprestigiado sexo. No siempre el sexo es con afecto. Muchas veces es más parte de la lujuria que de la ternura.

Dentro de esta vorágine de ansiedades por encontrar el camino y dejar atrás la oscura soledad, la especie humana se divide en cuatro tipos de solitarios:

El nunca solo: Hay un tipo de ser humano que nace con una carencia natural. Este defecto congénito es no poder vivir sin que alguien que lo ame. El amor como un medio de sobrevivencia. No importa la belleza ni el sexo. Esta tara no distingue formas. Si este tipo de especie busca amor y no lo encuentra, su vida es un calvario perpetuo. Busca en las relaciones una solución a su desesperación. Pero si esta persona llega a encontrar el amor y es traicionada, no hay dolor sino solo muerte. Este espécimen tiene tendencia al suicidio emocional permanente.

El porqué solo: Este tipo de personas son las que nacen con la natural inteligencia emocional. Nunca juegan a amar y nunca aman. Nunca buscan estar solos y cuando lo están lo disfrutan. Una especie sin stress emocional ni ansiedad sexual. Sin embargo, este poco riesgo a la tristeza hace que casi nunca encuentren el amor verdadero. El amor onírico que quizás no exista. Digo quizás. Este espécimen solo traiciona por sentido común, pero también es muy proclive a ser engañado. Nunca llora por amor, pero tampoco se emociona por una ilusión.

El anti solo: Un espécimen que vive de la seducción y el egoísmo. Persona que le huye a la soledad a través del encanto. El mayor placer de este tipo de especie es conquistar al otro sexo. Subestima a la soledad y se ríe de ella. Cree que ha encontrado la felicidad en aquellos instantes casi orgásmico del flirteo exitoso. Su estándar de felicidad está medido por el sexo y no por el amor. Es un adicto a la masturbación emocional y cree haber encontrado el amor en el apareamiento. Traiciona siempre y odia ser traicionado.

El siempre solo. Tipo de ser humano que vive con la orfandad del amor. Quien vive su soledad con placer y realiza en sus sueños las felicidades más cinematográficas. Este raro espécimen solo abre su inconciencia en una o dos oportunidades de la vida. Lapsus mentales en los cuales camina en la tierra con la esperanza de encontrar sus sueños. Es un tipo de persona que busca en las relaciones la solución a su carencia de amor planetario. Necesita ser amado infinitamente. Solo ama una vez y solo deja a su pareja tras la muerte. Nunca traiciona y puede morir de amor si es traicionado.

¿Qué tipo de solitario eres tu?

A continuación el extracto de un mail que recibí hace ya varios meses, en donde este extraño tipo de ser humano intenta crear una nueva forma de interrelacionarse:

“Para no hacernos mas paltas mejor será que sea explicita. Para bien o para mal, yo no busco una relación formal o no formal, seria o no seria, llamala como quieras, no busco nada. De encuentros bonitos, ocasionales, divertidos, cómplices y especiales no paso. En buen cristiano no me engancho con nadie, no espero nada de nadie y espero que no esperen nada de mi”

Espeluznantemente racional e intuitivo, pero condenada al fracaso. Ese mundo ideal no existe.

viernes, enero 04, 2008

El conquistador

Luigi Aguirre es un hombre como cualquier otro. El 90 por ciento de su tiempo solo piensa en mujeres. Cómo conquistarlas, afanarlas, florearlas, perseguirlas y acosarlas. Cómo tener dos citas en paralelo. Cómo besar a tres chicas en una misma fiesta. Cómo abrazar a su enamorada del momento mientras ojea a otra. Cómo convencer a la sensual Naty de una nueva pose. Cómo persuadir a Ale para una nueva cita. O cómo rogarle a Ruby para que quiera tirar.

Luigi es un tipo no muy alto, no muy gordo, no muy guapo, no muy masculino. Su rostro es plano como sartén y su nariz es una extraña protuberancia. No es plana, pero no es respingada. No llega a ser ñato solo porque su tabique se elevó un centímetro más de lo necesario. Es medio achinado, sin ser chino y tiene cachetes flácidos, sin ser cachetón.

Luichi, como le dicen sus amigos de barrio, tiene una sonrisa vulgar congelada. Siempre se para con las piernas bien abiertas, como si tuviera un gran pene, y siempre esta intentado mostrar sus presuntos fornidos, y en realidad, fofos brazos. Tiene panza, pero su pecho desproporcionado la encaleta. Calza 38, pero siempre usa zapatillas talla 42, para ampararse en las leyendas.

Luigi, también conocido por el mundo 'supte' como “Embrujo”, es un antiguo metalero del Aberno, devenido en un nuevo yuppie de Aura. Duerme con su polo de Metallica, pero se despierta con su camisa Tony. Es por eso que su look va entre las camisas alicradas y los pantalones camuflados. El pelo largo fue dejado de lado, en la post adolescencia, para que ahora a los 30 use un gel barato para asemejar el cabello mojado.

Para “Embrujo” todos son sus súbditos, en un mundo donde es el es papá de todas. Sus amigos cercanos son sus cachorros, sus empleados a cargo son sus chacales y sus conocidos son sus críos. Las chicas son sus presas y el es el casador de gatos. Ya sea en una muy ficha discoteca, algún bar moribundo, o en un supermercado, cajero automático, grifo, farmacia, bodega o panaderia. Todos son lugares para las furtivas conversaciones. Para pasar de la banca de un parque a la cama de un hotel barato y con descuento.

Luigi tiene diversas formas de ataque. La del tímido que no sabía como acercarse. Estrategia para las incautas. La del tipo con influencias que puede ayudarte. Para las desvalidas desempleadas. La del chico bueno con conciencia social. Para las niñas estudiosas. El no busca ni muy inteligentes, ni demasiado talentosas. Solo hay un requisito: que tengan buen culo

Luichi tiene la mala costumbre de contarle a sus amigos todas sus aventuras sexuales con un nivel de detalle morboso que roza lo médico. La pierna que se cruzó por entre sus hombros o la lengua que se escabulló por entre sus grietas, son lo más ‘soft’ de su repertorio. Siempre cuenta que la rutina de su carro, al que llama el ‘Autoembrujo’, nunca falla. Un sixpack de cerveza en una calle perdida de Barranco, un casette (aborrece la modernidad) de un mega mix de Caifanes, Héroes del Silencio y The Cure y luego el clásico bracito en la cintura. Una caricias en la mano y cae.

Entre su carta de recomendaciones están: Nunca acercarte de frente a una chica a una discoteca, siempre en diagonal. Nunca hablarle a la más linda de un bar, sino a su amiga la 'mas o menos'. Y siempre y cuando le hables a la más bonita bajarla con un comentario denigrante (¿tu pelo es teñido?). Siempre mirar sobre el hombro de la chica como si te fueras y nunca preguntarle su nombre.

A Luigi nunca le conocí una novia, de carne y hueso solo en historias. Nunca lo ví besar con amor, aunque si chaparse a un centenar. Tampoco nunca lo ví sufrir por una mujer, aunque si enfurecerse por no conseguir una. Nunca le ví que le brillaran los ojos por una enamorada y tampoco lo ví haciendo una locura de amor. Vivir pensando en sexo y sin amor es un buen camino cuando no hay caminos.