miércoles, junio 25, 2008

La montaña rusa de mi vida

Era la montaña rusa más grande que vi en mi vida. Las columnas de acero despegaban hasta el cielo atravesando las nubes. Los vueltas y sobrevueltas eran infinitas. Los pies de los suicidas iba por los aires mientras sus hombros eran atrapados por tenazas gigantes.

Yo siempre le tuve miedo a las montañas rusas. Siempre recuerdo esa montaña vieja de madera apolillada y acero oxidado de Fantacilandia, a la que mi hermano se subía infinidad de veces con excitación. Montaña a la que solo me subí una vez con los ojos bien cerrados. Sin embargo, por alguna razón decidí montarme en este juego mecánico aterrado con ella. La tomé de la mano y le dije: ¿Hay que subirnos?

Ella le tiene miedo a los aviones. No le gustan las alturas. Y menos emociones voladoras. Sin embargo, asentó la cabeza y acompañó. Estábamos en la cola al calvario escuchando los alaridos de los torturados. Ella movía los pies con velocidad mientras consumía los cigarros, uno tras otro. Yo la tomé de la mano, quité los cabellos que le caían sobre su rostro y la miré a los ojos. No tengas miedo estamos juntos.

Ella me creyó. Cerró los ojos y me dejó llevarla hasta los asientos. Los arneses de metal nos atraparon y nosotros nos amarramos las manos entre si. Pronto un empujón trajo el movimiento lento pero incesante. Track, track, track, track. Empezamos a subir hasta perdernos en las nubes. Pronto recordé porque le temía a las montañas rusas. Me sentía suspendido en la nada. Atrapado en el aire. No puedo, me cago de miedo, susurré.

Ella me escuchó y atrapo mi mano con fuerza. Mírame, mírame, estás conmigo, no sientas miedo. Yo no me voy a ir. Estaré contigo hasta la última caída. Yo le creí. Las cadenas nos llevaron hasta la cima de la montaña. Yo me dejé caer. Ella no me soltó. Cerré mis ojos con fuerza. Los tirabuzones nos llevaron de cabeza, boca abajo, boca arriba. Yo la espíe y logré abrir los ojos. El mundo se venía encima y ella no dejó de mirarme.

Llegamos a la última bajada. La más placentera. Esa en donde todos te miran. Los dos estábamos con los ojos bien abiertos. Las cadenas se detuvieron y tuvimos piso de nuevo. Las piernas nos temblaban pero logramos pararnos. Soltaron las amarras y nos abrazamos con fuerza. Bajamos emocionados y sonriendo. Corrimos hasta estar muy lejos de esa montaña de fierros.

Si buscas a la mujer de tu vida, busca una que se suba a una montaña rusa contigo.



Esto de Liniers va conmigo:




9 comentarios:

Esteban Ramon dijo...

Jajaja. Diegol la ultima vez que me subi a uno de esos juegos tortuosos fue con una chica a la que nunca tendria en mi alcoba. no creo en lo que dices----- Si pudiera haberse tirado lo hubiese hecho,pero ya estaba ahi

Diegol dijo...

Es que esta montaña rusa es la más grande que alguna vez se construyó y la más alta antes imaginada. Quizás si esa chica se hubiera subido a esta otra sería tu opinión. Quizas fue la del Play Land Park.

Anónimo dijo...

hola:
bueno, yo subí muchas veces a la montaña rusa,y muchas de esas veces tuve que hacerlo sola, pues no se atrevian a subir conmigo, pero igual lo hacia, queria sentir esa adrenalina por instantes,el que te suden las manos y la sonrisa tonta de nerviosismos que te queda al final por todo lo que sentiste antes. Miedo, siempre hay miedo es parte de lo divertido de subirse a este juego, quizá sientes que puedes estar seguro en tu sitio, pero siempre existe una pequeña probabilidad de que en tantos vacios y vueltas algo salga mal...
lo malo de subir sola, es que te pregunten, ¿y, que tal?, ¿como es? y solo puedes decir:-si no subes, no lo vas a entender,vamos- niciquiera es perder el miedo, es solo atreverse.

Anónimo dijo...

No me gustan las montañas rusas, en mi caso será la que se quede conmigo mirando desde abajo.

Nos leemos.

Anónimo dijo...

Detalles son solo detalles mi estimado.

kai dijo...

Yo subi una vez con quien crei que era el amor de mi vida y nunca dejamos de mirarnos o preguntarnos si estabamos bien??? pero no por eso nos quedamos juntos, no creo q volvamos tampoco...
Pero esta lindo lo que escribiste Diego...
Besos

Diegol dijo...

Hay solo una gran montaña rusa como describí en la vida. Solo una. La más dificil de afrontar. A esa montaña tan grande solo una persona te puede acompañar.

Anónimo dijo...

supongo que la unica forma de separar a esa persona unica de las demas que hicieron lo mismo, es lo que tu sientes por esta y no lo que esta siente por ti ¿verdad? -¿porque, cuantas personas te dieron su mano, te miraron a los ojos e intentaron hacerte sentir seguro? ¿mas de una verdad?, entonces no es quien se suba contigo a la montaña rusa de tu vida , si no a quien invites a subir.

Slds.

Axa dijo...

=)
te creo